Chavales, os felicito. Os felicito por vuestra visión empresarial. Os felicito porque sin duda, con este disco anodino conseguiréis más ventas que Bertín Osborne.
Usando todos y cada uno de los recursos musicales cliché del emo, estos jóvenes nos ofrecen un disco pretencioso y vacío de originalidad.
Pero bueno, amantes del post-hardcore guapete y juvenil, aquí tenéis lo que queréis escuchar: gritos desesperados, melodías sensiblonas, guitarras rabiosas y doble bombo hasta que te revienten las membranas de los altavoces.
Aquí hay algunos que queremos algo nuevo de verdad, no el mismo disco con diferentes nombres una y otra vez.
[Nota: 35/100]
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