Supongamos que es un día cualquiera, acabas de llegar a casa después de la jornada de estudio/trabajo. Pues bien, es el momento de desconectar. Inserta el CD en tu equipo HI-FI si aun lo tienes y si no, tira de PC, pero no olvides sentarte cómodo y relajado. ¿Fumas? Enciéndete uno. ¿Que no? No te preocupes, reposa bien la espalda y dale al play.
Ahora vas a viajar al universo marca Julian Casablancas (vocalista de The Strokes para los despistados). Es momento de sentir como fluyen esbozos ochenteros por tu habitación ¿los sientes? ¿ sientes la regresión? Nota como se diluyen junto a los ensortijados arreglos barrocos, mantendrán activa tu mente. Ahora préstale también atención a esas pinceladas sutiles, a esa pericia melódica genuina marca Strokes tan bien acompañada de guitarras que entran en escena saludándonos solo cuando las echamos en falta, justas, correctas, educadas.
No es el disco del año, ni lo mejor que he escuchado de este neoyorkino de origen español (en un 50%), pero sin duda, por lo menos genuino, que ya es mucho.
[Nota 79/100]
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