Escribo, luego existo


sábado, 30 de enero de 2010

Discográficas independientes contra la piratería

Antes que nada lee este artículo:

http://www.elpais.com/articulo/cultura/discograficas/independientes/alzan/Gobierno/elpepucul/20100130elpepicul_1/Tes

Vaya por dios, las “independientes” a la lucha contra la libre descarga…

Empezamos con una pregunta a ver… ¿Quiénes son los verdaderos perjudicados en todo esto? ¿Los músicos? ¿El pequeño comerciante? ¿Los directivos de las discográficas? ¿Los “independientes”? No contestes.

Recuerdo que hace un par de años vi a Nada Surf en la Heineken de Valencia, presentaban su último disco hasta la fecha, Lucky. Obviamente fui allí habiendo descargado, el emule es lo que tiene.

Una vez allí, en un pequeño y modesto stand, estos neoyorkinos nos vendían su disco por tan sólo 3 euros… evidentemente lo compré.

¿A dónde quiero ir a parar? A ningún sitio, pero qué curioso, como el disco nos lo vendían sin intermediarios (no tiene distribución en España) el CD sólo me costó 3 euros. Y yo que pensaba que no bajaban de 12 los CD’s originales nuevos… qué ingenuo…

Cambiando de tema… ¿qué tal si hablamos de trabajo?

¿Qué entiendes tú como lector por trabajo?

No voy a consultar la RAE para darte la definición meticulosa, pero seguro que estás de acuerdo conmigo en que todo trabajo (partiendo de que se trata de un trabajo honesto) implica sacrificio. Unos ponen ladrillos, otros cantan canciones. El caso es que todos buscan vivir de lo que hacen, ¿no? Tú realizas un trabajo y esperas una recompensa económica por ello, vamos, porque lo necesitas para eso que llamamos vivir.

Pues bien, el otro día me encontré con un taxista y me dijo: “Mira, yo hace 6 años llevé a Ramoncín de Malasaña a Leganés, así que ahora vivo de los derechos que me proporciona ese trabajo”.

¿Te lo crees? ¿Y si te digo que me encontré con Ramoncín que conocía al taxista, me lo verifico y añadió: “Yo hace 25 años grabé un disco llamado Ramoncinco y aun vivo de ello”? Qué cosas…

En fin, son cosas curiosas pero, volviendo al artículo, me sorprende que sean las discográficas llamadas “Independientes” las que se unan en contra de la piratería. Conozco muchos músicos, mucho artista “indie” que, al igual que cualquier otro músico pop-rock, siguen un flujo de trabajo similar a éste: Componer-Ensayar-Grabar-Interpretar.

Cuando les pregunto de qué viven, pocos viven de la música. Parece ser que el hecho de no salir en la televisión, en la radio, en la prensa o en un banner gigante en medio de las webs favoritas de la juventud influye… Tampoco tienen el disco en Fnac, así que la piratería no les afecta mucho, es más, ni piensan en ella cuando cogen la furgoneta y se van a tocar a cualquier sala que con suerte ese día está llena. El disco que venden curiosamente vale también 3 euros y, créeme, tocan bien…

Al igual que algunos de los músicos que conozco, las compañías independientes también tienen poca mano en los grandes medios, entonces, me pregunto yo qué afecta más a su “modesto” negocio, ¿la piratería? ¿seguro? Yo he conocido, gracias a las posibilidades que me brinda Internet, muchas bandas “independientes” a las que voy a ver en directo, a las que compro el disco a 3 euros y por las que pago la entrada. Así que si vendes el disco a tres euros y te cobras la promoción en base a los resultados de entrada de público (por poner un ejemplo) en los conciertos, igual los beneficios siguen siendo positivos. Así que sigo preguntando ¿A quién afecta la piratería?

El músico vive de lo que interpreta, de la música. La música no es un formato fabricado con un precio y un código de barras que se adquiere en un establecimiento. La música es cultura, un arte que se audiovive. Cuando el arte y el dinero se mezclan… malo. La piratería es una pequeña luz al final del túnel en el que llevamos viajando desde que las multinacionales se apropiaron de la música. Toda la industria que se mueve y se nutre alrededor del talento del músico que escucho es pusilánime y prescindible, sólo encarece el producto y convierte en mercancía la inspiración y la capacidad.

¿Si no se venden discos no hay dinero? ¿El artista no come? ¿O no come quién? Estamos en una nueva era y el músico emergente se está adaptando perfectamente a la nueva situación. Internet es un arma de doble filo pero sigue proporcionando grandes posibilidades a músicos que de otra manera no podrían ser escuchados. En cambio, la fuerza reaccionaria de la industria musical sigue viéndolo como un problema, se niega a evolucionar, pagamos los que queremos disfrutar del arte, ellos siguen nutriéndose ya no solo del músico, sumemos ahora al consumidor.

Así que, ocupados como están buscando la forma de mantener su hegemonía capitalista industrializando la cultura, yo añado este fragmento revelador:

“En 2009, más de 38.000 personas asistieron de forma gratuita de los conciertos de Franz Ferdinand, Mando Diao, Starsailor y Polock. El concierto se emitió en 46 países además de España, como Estados Unidos, Canadá, Brasil, Reino Unido, Portugal, Italia, Francia, Rusia, Polonia, Holanda, Serbia, Croacia, Turquía, Ucrania, Australia o Japón, con una audiencia media de casi 15.2 millones de personas. Una repercusión que se traduce en un impacto económico de más de 2,9 millones de euros.” El País Digital.

Total, que empiezo a atar cabos… digamos que un músico como tal es capaz de mover esas cifras, lo que convierte la actuación en vivo en una vía perfectamente apta para remunerar su trabajo. Por lo tanto el disco puede convertirse en un medio de promoción, ¿cierto? Podemos utilizar Internet para publicar nuestro trabajo, lo promocionamos, la gente lo disfruta en sus casitas y luego se va directa al concierto con todo el dinero que se ha ahorrado en la tienda, ¡es precioso! me recuerda a la historia de la música ¿te has parado a pensar cómo vivía el músico antes de la evolución del fonógrafo?


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4 comentarios:

  1. Muy acertada reflexión, aunque no me termina de convencer la frase "Cuando el arte y el dinero se mezclan… malo", porque, sin dinero, de qué vive el artista? Pues de otra cosa, y si dedica la mayoría del tiempo a otra cosa, pues no puede llevar su arte a la máxima expresión. Otra cosa es que alrededor del arte MUSICA haya una parafernalia insultante y repugnante y que sobrevalora al gestor y menosprecia al artista. Antes, cuando los canales de comunicación eran más limitados, la labor de ese gestor era necesaria pero ahora... En mi caso, he comprado muchas maquetas en conciertos y hace poco vi un videoclip de un grupo madrileño, Dinero y me gustó mucho. Fui a su página web y sorpresa! todo el disco estaba disponible en streaming. Me gustó tanto que me lo compré por itunes, eso si, a un precio deleznable, porque si como tu bien dices, se puede vender un disco en formato físico por 3€, con que cara me cobran estos 9€ por poco más de una decena de archivos mp3?

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  2. Cuando digo "el arte y el dinero se mezclan... malo" me refiero a lo que emerge al rededor del artista que se nutre precisamente de su ingenio, por supuesto que tiene que haber remuneración como explico, pero para el que crea. Y por cierto, Dinero se salen!

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  3. Lo que planteas, un mundo musical y cultural en el que no metan mano "intermediarios", es algo ideal, pero dificil de conseguir; y por otro lado, el consumidor de música tipo, el que compra música de consumo masivo, desaparecería y ¿por quien sería sustituido? creo que se ha ido ya tan lejos que no hay vuelta atrás. Ya lo comentamos un dia por la noche, justo por aquí, si hablamos de lo local, no hay cultura de ir a un bar a escuchar a un grupo que no sabes quienes son (desgraciadamente).

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  4. Precisamente porque desaparecería es lo ideal, eso es algo que no necesita sustituto. La vuelta atrás es la piratería, es el destructor del viejo mecanismo.

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